Bolivia
Bolivia es uno de los países de la región con más amplias necesidades hídricas y de saneamiento y uno de los más vulnerables al cambio climático, lo que provoca cíclicas crisis del agua con recurrentes sequías e inundaciones. En los últimos años, el agua y el saneamiento han sido priorizados en la agenda política nacional, por lo que se están desarrollando acciones relevantes en este sector. Fruto de ello son las iniciativas para la elaboración de estrategias y planes nacionales en los que participa la mayoría de las instituciones y actores del sector.
Bolivia representa bien la evolución del Fondo del Agua y su amplitud. Una primera etapa, entre 2010 y 2018, se centró en acciones de ampliación de cobertura en zonas rurales y pequeñas o medianas ciudades, siempre con un enfoque de gestión integral del recurso hídrico y con un componente importante de propiciar el desarrollo de capacidades de los actores públicos.
En la actualidad, la interlocución institucional y la confianza generada han permitido abrir líneas adicionales para fortalecer el conjunto del sector y el acompañamiento en la elaboración de políticas públicas. Los nuevos programas están más enfocados en la gobernanza y en garantizar la sostenibilidad y calidad de los servicios en áreas periurbanas. En las líneas de trabajo, se aporta un enfoque de la gestión integral de los recursos hídricos por medio de la integración del componente ambiental, la gestión de sequías y el drenaje urbano en la planificación de los principales operadores del país. De manera coherente con la brecha de necesidades de saneamiento, la mejora del tratamiento de aguas residuales es otra prioridad, con el apoyo a la puesta en marcha de un centro de soluciones experimentales de tratamiento, el Centro Internacional de Investigación y Desarrollo de Aguas Residuales en el Altiplano – CIIDAR.
Además, ejemplifica bien cómo el Fondo está apostando por fomentar la coordinación de actores y articular grandes operaciones combinadas entre distintos instrumentos a partir de una donación inicial del FCAS para maximizar impactos en beneficio de la población boliviana.
La cartera actual en el país se concreta en dos programas que aúnan donaciones bilaterales de la Cooperación Española y financiación de diversos actores. En ambos, además del FCAS, participa también la Unión Europea a través de programas de cooperación delegada administrados por España.
En el primero de los programas en ejecución, el FCAS aporta cinco millones de euros y la UE, a través de sus fondos LAIF, 15 millones de euros para financiar el programa Apoyo al Programa de Agua y Alcantarillado en Áreas Urbanas y Periurbanas, a través de una operación de blending en la que también participan el BID, con un crédito de 55,5 millones de euros, y el propio país, con aportaciones municipales (22,2 millones de euros) y de ámbito nacional (27,7 millones de euros procedentes del programa de canje de deuda con España), conformando una operación global de 125 millones de euros.
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Como objetivo global de la operación, se quiere lograr la ampliación y mejora del acceso a los servicios de agua y saneamiento a una población objetivo de más de 200.000 mujeres y hombres de zonas periurbanas y urbanas de Bolivia, garantizando la sostenibilidad en términos de operación, calidad y continuidad del servicio de agua y saneamiento. Las actividades concretas cubiertas con los fondos de la UE y del FCAS se centran en la mejora de los servicios de abastecimiento de agua potable y de saneamiento en determinadas poblaciones (ciudad Cobija y comunidades de Chicani-Chinchaya), la elaboración de planes maestros de ciudades y estudios de preinversión, la puesta en marcha de un Centro Internacional de Investigación y Desarrollo en tratamiento de Aguas Residuales (CIIDAR), la promoción de una gestión adecuada de las aguas pluviales, el fortalecimiento institucional (formación y asistencia técnica a instituciones del sector y a operadores del servicio), el desarrollo de herramientas para la mejora de la gestión del ciclo urbano del agua y planes de gestión de sequía en determinadas ciudades.
El año 2020 ha estado marcado por la emergencia sanitaria y por el contexto político, con la repetición de elecciones nacionales en octubre tras un año de Gobierno transitorio, por lo que el avance en la ejecución de acciones ha sido escaso.
A pesar de las dificultades, en 2020 se avanzó en la preparación de las acciones y se firmó el acuerdo de contribución con la Unión Europea, que forma parte de la segunda de las operaciones, de gestión integral del agua en zonas urbanas. En esta, tres millones de euros del FCAS se unen a 15 millones de euros de fondos delegados de la UE a España, para conformar un programa más amplio que pretende alcanzar los 129 millones de euros, con participación del BID y FONPRODE.
El programa en su conjunto quiere lograr el objetivo de apoyar intervenciones para la ampliación y mejora de los servicios de agua y saneamiento en núcleos urbanos de más de 2.000 habitantes, enfocadas en aquellas que permitan mitigar crisis potenciales de abastecimiento de agua provocadas por las sequías. El objetivo específico de la acción financiada por la UE es mejorar la gestión de los recursos hídricos en zonas urbanas mediante el incremento y mejora del acceso de los servicios de saneamiento. El objetivo de la contribución del FCAS es el desarrollo de herramientas e instrumentos para asegurar la seguridad hídrica y el abastecimiento de agua potable a las poblaciones.