Siguiendo con experiencias del FCAS en este ámbito, la cartera del Fondo en Panamá ha estado especialmente orientada a las áreas rurales e indígenas del país, que cuenta con una población indígena del 12,4% de su población nacional. Si bien Panamá no ha ratificado el Convenio 169, cuenta con regulaciones para los derechos colectivos sobre las tierras y territorios indígenas con altos niveles de autonomía y ha generado valiosos documentos específicos para la intervención en abastecimiento y saneamiento con los pueblos indígenas, comunidades en las que se ha focalizado la cartera en ejecución en el país.
Ha sido muy fructífero complementar el enfoque ya desarrollado por el socio del FCAS, el Ministerio de Salud, a través de la Dirección del Subsector de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (DISAPAS), en cuanto al trabajo con comunidades indígenas con la incorporación sistemática de la perspectiva de género, seña de identidad de la Cooperación Española, tanto en los programas que está desarrollando como en el seno de la propia institución.
La necesidad de la incorporación de la perspectiva de género en DISAPAS y de sus lineamientos en el trabajo para garantizar la sostenibilidad de los resultados de sus intervenciones en las comunidades responde a los resultados del “Diagnóstico sobre las relaciones de género en las comunidades y regiones beneficiarias del Programa de Agua y Saneamiento en áreas rurales e indígenas con énfasis en la gestión local bilateral”1. De este documento emana el plan de género, elaborado como forma de actuación para el programa bilateral que se ejecuta en la comarca Ngäbe-Büglé y la contratación de una especialista en la materia para la incorporación de la perspectiva y la equidad de género.
De la experiencia de trabajo en Panamá se concluye, una vez más, que cuando se destinan esfuerzos y recursos para conocer las necesidades de las comunidades de acuerdo a la confluencia de rasgos distintivos de las personas que las integran, se obtienen buenos resultados.
Los procesos desarrollados en el programa de Panamá también han permitido corroborar lo crucial que resulta para la mejor gestión de las acciones y su posterior sostenibilidad el nivel de identificación que se logre de la población de las comunidades con las soluciones adoptadas, en un proceso que sea participativo y de construcción colectiva bajo su cosmovisión indígena.
Del trabajo desarrollado con las organizaciones de las comunidades, se confirma que la generación y el fortalecimiento de capacidades y de mecanismos asociativos locales y de articulación organizacional e institucional no solo redundan en la apropiación de los resultados y en su sostenibilidad, sino que son catalizadores para la exigencia de la protección y garantía de otros derechos ante los correspondientes titulares de obligaciones de los mismos.